Recuerdo de la historia y tradición de la Virgen de Pelarda y la Virgen del mar

Esta breve historia de la Virgen de Pelarda y la Virgen del Mar, está sacada de un libro-folleto "escrito y arreglado por un sacerdote y devoto de María" y publicado en Zaragoza en 1890.

Según él Pelarda tiene su origen en un pequeño pueblo que allí existía antes de la dominación musulmana. Alla por el siglo IX, llegaron hasta estas tierras los invasores y los habitantes del pueblo deciden poner a salvo el cuadro de la Virgen envuelto en unas telas de seda y estas en unos paños blancos, este envoltorio lo introdujeron en la concavidad de la pila bautismal y todo ello lo ocultaron bajo tierra.

Hacia el año 1220, ya reconquistada la zona por los cristianos, un labrador, que estaba realizando labores del campo, descubre la pila bautismal con el cuadro en su interior, en el mismo lugar donde en la actualidad se levanta la ermita que conocemos.

Otra versión del hallazgo es la que cuenta que, el hallazgo se realizó al hacer los cimientos de una Iglesia que se iba a construir cuando la zona pasó al control de los cristianos.

Según esta última referencia el cuadro es atribuido al Evangelista San Lucas, contemporáneo de la Virgen.

Las dimensiones del cuadro son 120 cm de alto por 70 de ancho. Representa a la Virgen entre nubes con su hijo de pies en sus rodillas sosteniendo la bola con la mano izquierda.

En 1598 el Papa Clemente VIII, le concedió a la ermita amplias indulgencias plenarias y parciales en distintos días del año, y en 1673 el Papa Clemente X. concedió una Bula que otorga los mismos los privilegios, grados e indulgencias, que los que visiten la Iglesia de San Juan de Letrán en Roma.

En esta ermita también se venera, la imagen de la Virgen del Mar. Esta Imagen la regaló Fray Gerónimo de Lasa, religioso de la Orden de San Gregorio y natural de Olalla.

Este Fraile, la adquirió, en un viaje de vuelta de América a España, a un moro con el que convino el pagarle por la misma, su peso en plata. Según la tradición la imagen solo dió de peso 29 reales de plata, muy por debajo de su peso real.

Esto ocurrió hacia la mitad del siglo XVIII y la imagen se instaló en la Iglesia parroquial de Olalla que al derrumbarse, en la actualidad solo conservamos su torre, fué trasladada a la ermita en 1724.

"En su traslación se celebraron solemnes fiestas, asistiendo la Banda de Música del Santo Sepulcro de Calatayud, hubo fuegos artificiales, moteretes y dances, formando una compañía de cristianos Olalla, otra de turcos Cutanda y otra diferente el pueblo de Luco, y por fin se representaron comedias por Lechago y Cuencabuena".